En nuestro país, El Presidente insiste en generar un millón de empleos y en la Octava región, donde manda la delgada y bravucona Intendenta, 1.200 trabajadores ligados a nuestro mar han sido cesados por sus patrones, todos socios y seguidores de la primera autoridad del país. Como corolario a la ineficiencia propia del poder, todos los políticos, de moros a cristianos e independientes por conveniencia, piden paciencia y tiempo para poder estudiar la situación.
Por otro lado, el Ejecutivo propone un aumento del salario mínimo de 3 % con acuerdo de un comite avalado por centrales, patrones y gobierno, sin embargo el empuje de los parlamentarios progresistas, se llegó a 7 mil pesos, pasando de 165 mil pesos a 172 mil, es decir: mil pesos más que el último reajuste.
A su vez, aparecen serios signos de una gran operación de ingeniería política destinada a justificar la privatización de la salud. Tal es la decisión del Ejecutivo que ocupara la figura del Decreto Presidencial para permitir la venta de medicamentos en supermercados, para que pronto se legalice la colusión o sociedad que los supermercados y las cadenas de farmacias ya tienen.
Sin duda, el negocio de la salud de los trabajadores es redondo para Isapres y otros parásitos del mercado. El 80% de los trabajadores de Chile no pertenece al sistema privado de salud y es un mercado que se debe abordar ya que no son nada de despreciables los más de 65 mil millones de pesos mensuales que entrarían al bolsillo de quienes consideran lucran con un derecho humano y que en nuestro pais se transformado en un privilegio, modelito que es bastante cuestionado en EEUU por su ineficiencia y segregación social, el trabajador que piense que la salud mejorara por ser privada, esta en un error, aca la verdad es que, quieren hecharle mano, a esta no despreciable, cantidad de dinero de los trabajadores.
Contrasta con estos hechos: la preocupación de la "máxima organización de los trabajadores de Chile", que de lo anterior mantiene un silencio dudoso, en tanto envía comunicados anunciando la venta de su sede Alameda de Santiago para construir un edificio que supuestamente ayudaría a luchar mejor a los trabajadores, e insiste en validar a Martínez como Presidente de la Central, siendo que en términos legales ya no lo es.
Lo que más llama la atención es la voltereta del gobierno de Sebastián que, de reconocer y recibir en La Moneda a tres centrales de trabajadores en los primeros días de mayo, sólo le pagó los pasajes y viáticos a una sola central para que hablara, a nombre de todos los trabajadores de nuestra patria en el evento internacional de la OIT. Según la prensa, el derrotado candidato a diputado habría demandado al Estado chileno por la ola de despidos en el sector público.
Sin embargo, al parecer se olvidó mencionar el abuso patronal que se deshizo de los trabajadores sin pagarles la indemnización por años de servicios después del terremoto en la zona sur y centro del pais, o que el 32% de la masa laboral, es decir a quien él supuestamente representa, son discriminados y carecen de los mismos derechos de los trabajadores formales, a eso sumar la explotación de los jóvenes y niños en las grandes cadenas de supermercados.
Claro que al llegar despues de su viaje con sus acompañantes, se destaca en la prensa nacional, su recriminación a la clase política que sólo aumentó un 4,2% los sueldos mínimos de los trabajadores más desprotegidos del país.
Seguramente, cuando se realice otra cita mundial, Martínez amenazará con algún paro nacional, para que la Sra. Merino o el mismo Sebastián le compren pasajes. Así, a su llegada, hará declaraciones de buena crianza en contra de "alguien" y todo seguirá igual. Los trabajadores más pobres y los ricos en La Moneda.
fuente
ERIC YEVENES
ASAMBLEA NACIONAL POR LOS DERECHOS HUMANOS CHILE
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