Notimex
2011-05-26 10:18:00
Por Rafael Croda. Corresponsal
Santiago, 26 May (Notimex).- La oposición generalizada que desató la aprobación oficial a la construcción de la central hidroeléctrica HidroAysén colocó a Chile en una crucial disyuntiva que enfrenta sus necesidades energéticas con la protección del medio ambiente.
La autorización del proyecto, otorgada el pasado 10 de mayo por la gubernamental Comisión de Evaluación Ambiental (CEA), generó en Chile las más concurridas marchas de protesta que se recuerden en este país desde su retorno de la democracia, en marzo de 1990.
Según los sondeos, el 74 por ciento de los chilenos rechaza la construcción de la central HidroAysén en la Patagonia chilena, para la cual se tendrían que inundar cinco mil 910 hectáreas de esa rica reserva natural ubicada en la zona más austral de América.
Al mismo tiempo, es un hecho que para sostener su actual ritmo de crecimiento económico, de 6.0 por ciento anual, Chile requiere duplicar su matriz energética en una década, lo que requiere acelerar los proyectos de generación eléctrica que se encuentran en trámite.
El ministro chileno de Energía, Laurence Golborne, señaló que su país cuenta en la actualidad con una capacidad de generación de energía eléctrica de 15 mil 699 MegaWatts (MW), la cual deberá llegar a 30 mil MW en 2020 para sustentar el ritmo de crecimiento.
A diferencia de otros países de América Latina, en Chile el sector eléctrico está en manos de empresas privadas que manejan desde la generación hasta la transmisión y el suministro de energía, aunque el Estado ejerce una relevante función reguladora y de fiscalización.
HidroAysén prevé aportar dos mil 750 MW, casi la quinta parte de la capacidad actual del sistema, mediante una inversión de tres mil 200 millones en lo que sería la central hidroeléctrica más grande del país.
"Existen muchas opciones tecnológicas para enfrentar la demanda eléctrica de Chile sin tener que destruir la Patagonia. El uso eficiente y las energías renovables, por sí solos, podrían satisfacer la demanda", dijo dirigente ecologista Mariano Rendón.
El coordinador de Acción Ecológica, cuyo movimiento ha congregado con convocatorias por las redes sociales a más de 70 mil personas en las protestas contra HidroAysén, afirmó que el gobierno del presidente Sebastián Piñera sabe que el rechazo es transversal.
"A estas protestas se han sumado chilenos de todos los colores políticos. La gran mayoría del país no quiere la destrucción de la Patagonia", aseguró Rendón.
Otro problema que plantean los opositores es que el proyecto requiere de un tendido eléctrico de mil 600 kilómetros para trasladar la energía al resto del país, lo que tendría un adverso impacto ambiental en más de 80 municipios.
HidroAysén también ha servido para reflotar los resquemores que subsisten entre millones de chilenos sobre el origen empresarial de Piñera, quien posee una fortuna de dos mil millones de dólares que amasó tras una exitosa carrera en el mundo de los negocios.
"Con estos antecedentes, es un problema para este gobierno que la ciudadanía lo perciba como un gobierno pro-empresarial, y eso es lo que está ocurriendo", dijo a Notimex el politólogo de la Universidad de Chile, Guillermo Holzmann.
Piñera sostuvo el pasado sábado, al rendir su segundo informe de gobierno ante el Congreso, que "no podemos decir que necesitamos energía, consumirla abundantemente, y al mismo tiempo oponernos a todas las fuentes que la generan".
El desafío para el gobierno del mandatario es convencer de las bondades de HidroAysén a las dos terceras partes de chilenos, lo cual instala a ese tema como el mayor problema político y social que ha enfrentado hasta ahora Piñera.
NTX/RC/JWN/SRA/
Asamblea Nacional Por Los Derechos Humanos Chile
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