
POR EVA VERGARA
THE ASSOCIATED PRESS
SANTIAGO DE CHILE -- El gobierno se apresuró a firmar el miércoles un acuerdo con la oposición que contempla un paquete de medidas para activar la lenta reconstrucción tras el terremoto del 2010, mientras miles de damnificados protestan porque deberán pasar un segundo invierno en precarias casas de emergencia.
Los habitantes del balneario de Dichato, 470 kilómetros al sur de Santiago, están en pie de guerra desde el fin de semana, cuando cortaron una carretera con barricadas incendiarias, pese a la represión policial.
Pusieron como plazo el miércoles para recibir una respuesta del gobierno, de lo contrario, aumentarán las protestas. "Perdimos el miedo a salir a las calles", advirtió la vocera de uno de los sectores del campamento El Molino, Ximena Toledo.
"Al drama de la vivienda hoy sumamos el del desempleo y la miseria", añadió.
El alcalde de Tomé, Eduardo Aguilera, con jurisdicción en Dichato, denunció "violencia desmedida" de la policía durante una segunda protesta nocturna, que incluyó carros lanza aguas y gases lacrimógenos.
El campamento es el más grande de las zonas afectadas por terremoto y tsunami de febrero de 2010, con unas 2.000 personas que viven hacinadas en viviendas de madera de 18 metros cuadrados, en medio del barro, con baños instalados en contenedores marítimos, distribuidos en los pasajes de la aldea.
El ministro de Vivienda, Rodrigo Pérez, firmó un acuerdo con los senadores de la comisión de vivienda con cuatro medidas para reactivar la reconstrucción, que según Pérez, favorecerá a unos 25.000 damnificados que cuentan con un terreno propio.
También se permitirá la autoconstrucción supervisada, se entregará un subsidio especial para construir en zonas antiguas de las ciudades o localidades y se disminuirá la burocracia. Muchos propietarios no podrían volver a construir porque su terreno estaba en una zona peligrosa, pero ahora podrán usar el mismo beneficio y levantar una vivienda en otro lugar.
El presidente de la comisión y el vicepresidente del Senado, los opositores Eugenio Tuma y Juan Pablo Letelier, destacaron las medidas que permitirán soluciones más ágiles para los sin casa.
El descontento en las aldeas o campamentos aflora especialmente en el invierno, por las muchas dificultades para subsistir en medio del barro, el frío y en la estrechez de las precarias viviendas.
No pocas familias eran propietarias y vivían cómodamente y hoy viven en los mismos terrenos, pero en una "mediagua", como se conoce a las precarias casas de madera de mala calidad, se lluevan, les entre el viento y sea difícil y peligroso ponerles calefacción.
Dichato fue destruido en un 70% -850 casas en el suelo y 150 dañadas- y gran cantidad de cesantes que antes vivían del turismo. El gobierno levantó locales comerciales en la costanera durante los meses estivales, pero los visitantes llegaban a almorzar y se iban. Antes veraneaban en el lugar.
El gobernador regional, Víctor Lobos, dijo que en el balneario se construirán 788 viviendas, obras sociales y de infraestructura. El alcalde de Tomé, con jurisdicción en Dichato, dijo que sólo se están construyendo 150 casas cuyo avance no supera el 30%.
El problema de la reconstrucción se repite en decenas de campamentos.
Incluso el presidente Sebastián Piñera ha reconocido el retraso en las obras de reconstrucción de las 220.000 viviendas destruidas o dañadas severamente por el cataclismo. Se entregaron unos 135.000 subsidio, pero la construcción de casas avanza muy lento.



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