Estimados/as El Ciudadano
El sábado 13 de agosto de 2011, un centenar de manifestantes se reunieron en el centro de la capital. Bajo la consigna “Los animales no son armas”, los ciudadanos marcharon hacia la Plaza de Armas de Santiago dejando en claro su rechazo al uso de animales (caballos y perros) por las Fuerzas Especiales de la policía chilena para disuadir protestas y desórdenes en la vía pública.
Desde el estallido de las protestas estudiantiles en Chile, ha salido a la luz diversos incidentes que involucran a animales utilizados por Carabineros para mantener el orden. El 15 de junio de 2011, por ejemplo, un oficial montado se enfrentó con una joven, y como consecuencia, el caballo fue atacado por algunos manifestantes y recibió un gran corte. Un mes más tarde, fuertes imágenes de un caballo impactado violentamente contra una señalética reabrieron el debate.
Aunque los animales sean entrenados para su manejo en situaciones de estrés y agresión, esto no resta que, efectivamente, el animal padezca la ansiedad y el dolor que estas circunstancias conllevan.
Efectivamente, en situaciones de desorden público, tanto caballos como perros sufren golpes, caídas, además de un tremendo cuadro de estrés a causa del ambiente de los incidentes de una protesta: ruidos, agresiones físicas, bombas lacrimógenas, alboroto generalizado; factores que aumentan la capacidad de estresar al animal cuando los tenedores le impiden su respuesta natural ante una situación conflictiva: la huida. En el caso de los caballos, la situación se agrava en tanto las superficies urbanas no están acondicionadas para cabalgar, menos en una situación de embestidas disuasivas, generando frecuentes lesiones a estos animales.
El Dr. Mario Acuña, médico veterinario, describió en una entrevista (2011) que los caballos utilizados por la policía “llevan un régimen de vida que les expone a agresiones en sus articulaciones, en sus miembros, que muchas veces terminan invalidando al animal“.
Sin ser los agresores directos, pero como tenedores responsables, Carabineros de Chile compromete regularmente la salud de estos animales. Una práctica no sólo anacrónica sino también inconsistente con el espíritu de seguridad y bienestar animal por el que debería velar la misma institución pública.
La ciudadanía que exige el fin del uso de animales como herramientas de represión es un nuevo ejemplo de la participación necesaria para construir un Chile más justo y digno, donde se respete a todos los que convivimos en el país, sean humanos o no.
Imágenes de la manifestación: http://nomasanimalesenlasprotestas.blogspot.com/search/label/imagenes
Cordialmente,
Daniela Romero Waldhorn
Directora General | AnimaNaturalis Internacional
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